La mano como signo, como símbolo, como significado y como creadora de signos, símbolos y significados.
Me interesa trabajar a partir del cuerpo y las manos para acceder un empirismo que descansa en la condición corpórea y que late en las puntas de los dedos. Las técnicas manuales como el bordado, el dibujo y el grabado son intrínsecas al discurso de la importancia del trabajo hecho a mano. La precariedad del bordado en papel refleja la precariedad de la existencia; imersa en la suspensión entre el ser, y un día, no ser más. 
                                                                                              maldita paciencia 
Mi proceso se ha convertido en ritual, las técnicas meticulosas y obsesivas marcan la pauta y las horas en una pieza. Mi práctica es la manera en la que me inscribo y digiero el mundo para aprehenderlo a mi mundo, en dónde el ritual obsesivo me envuelve en escapatorias que exploran las formalidades de mi autoconsumo.
Me interesa la redundancia, el permanecer en una postura que me recuerda la existencia propia: la imanencia en el mundo.
Arrojada a hacer pura necedad necesariamente innecesaria. Eso completamente imprescindible que me hace sentir cerca de algo que es mío y que desconozco, algo que me acompaña pero siempre me tiene abandonada.